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En breve aparecerá mi victoria,
está en camino mi salvación,
mi brazo gobernará a los pueblos,
las islas me están esperando,
confiadas en mi brazo poderoso.
Levanten los ojos al cielo,
bajen la mirada a la tierra:
el cielo se disipa como niebla,
la tierra se desgasta como ropa,
sus habitantes mueren como moscas;
pero mi salvación es para siempre,
mi victoria no se agotará.
Escúchenme, los que conocen la salvación,
pueblo mío, a quien instruyo:
no teman las afrentas humanas,
no tengan miedo a los ultrajes:

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